Prokofiev: Piano Concerto Nr.2

Sergei Prokofiev

PIANO CONCERTO NR.2, Op.16

Yundi Li, Piano

Berliner Philharmoniker

Dir: Seiji Ozawa.

(DG)

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A continuación un disco salido relativamente reciente y que incluye los conciertos Nr.2 de Prokofiev y el concierto en sol menor de Ravel. Probablemente ha pasado con todos ustedes que particularmente una obra no les haya dicho nada por mucho tiempo, hasta que por fin escuchan una interpretación que les hace elevar las cejas y decir WOW!! Había sido hasta este disco mi caso con el Nr.2 de Prokofiev, que no me decía mucho, sin embargo tras la audición mi valoración y opinión han cambiado. Había leido varias criticas alabando a este joven pianista que es Yundi Li, pero hasta este disco aun no escuchaba nada de él. Debo decir que al menos en Prokofiev, la maestria ejecutoria de Li iguala a cualquiera de los que ha rozado el cielo tocando estos conciertos. La ejecutoria de Li es perfecta, asertiva, mercurial y transparente y el acompañamiento magistral de Ozawa, hacen de esta la grabación perfecta del Nr.2 de Prokofiev, igualando al menos a cualquiera que se quiera presentar como referencia. La toma del sonido es muy buena y proviene de un concierto en vivo, y el aplauso estruendoso al final lo dice todo. Acompaña a esta obra el concierto de Ravel. Aca las cosas cambian. Conociendo interpretaciones verdaderamente ravelianas, incluso Bernstein tocando él mismo el concierto con la ONF de una forma posesa, la lectura de Li luce fría y con pocas texturas, resultando una ejecución solo justa, mas nada. El valor del disco viene dado definitivamente por el Nr.2 de Prokofiev y por eso solo este concierto traigo a consideración.

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M-S.

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"Yundi Li turns in a scorching performance of Prokofiev's most exciting piano concerto. In the first movement not even monster banger Alexander Toradze throws off more fireworks in the cadenza that comprises nearly 50 percent of the first movement, and yet Li also shapes the music with purpose and a very keen sense of climax. The second-movement toccata flies by at a breathtaking pace so quickly in fact that articulation threatens to become blurred; but somehow both Li and the Berliners under Ozawa manage to hang together. From there on it's smoothsailing, with perfectly paced and transcendently virtuosic accounts of the two final movements (this concerto has no real slow movement at all). The Berlin Philharmonic plays with notably more weight and conviction than it does in Ozawa's dullest-ever Prokofiev symphony cycle...".David Hurwitz.