sábado, 31 de diciembre de 2011

La Canción de la Tierra



Gustav Mahler

DAS LIED VON DER ERDE

Janet Baker, Soprano

Waldemar Kmentt, Tenor

SOBR.

Dir: Rafael Kubelik.

(Audite)

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Finaliza este especialísimo año Mahler, donde rendimos homenaje al centenario de la desaparición física del genio de Kalischt.

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Aunque "Das Lied von der Erde" (DLVDE) no es la obra postrera cronológicamente hablando del compositor, sí lo es desde el punto de vista ideológico y espiritual. Es el adiós definitivo a una época y a un sistema, una obra sinóptica y de auténtica vanguardia, una transición entre los recursos vocales de la 8va y las innovaciones armónicas de la 9na.

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DLVDE fue compuesta entre los veranos de 1908 y 1909. Mahler nunca vió la obra interpretada, y fue estrenada en Munich, el 20 de noviembre de 1911 (6 meses despuès de la muerte del autor) bajo la dirección de Bruno Walter.

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Sin el tiempo ya para hacer un análisis más extenso, que sin duda merece, de DLVDE, pasemos a las grabaciones. Existen varias cumbres altísimas en la discografía existente de DLVDE, Klemperer y Walter tienen grabaciones de referencia casi indiscutible, sin embargo creo que la grabación "Live" de Rafael Kubelik, para Audite, supera todo lo conocido, no sólo por la formidable interpretación, sino por los dos solistas vocales, La gran Dame Janet Baker, una de las más fenomenales voces mahlerianas y Waldemar Kmentt, no tan mahleriano, pero escalofriantemente asertivo en esta aparición. Una joya con la que me complazco en concluir este año 2011, deseando un Feliz 2012 a todos los fieles y consecuentes visitantes.

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M-S.

Las Grandes Batutas Mahlerianas.



Sir Georg Solti







Bruno Walter


Dimitri Mitropoulos





Hermann Scherchen







Otto Klemperer



Jascha Horenstein




Leonard Bernstein




Rafael Kubelik




Klaus Tennstedt




Lorin Maazel




Claudio Abbado





Bernard Haitink



miércoles, 28 de diciembre de 2011

La 9na de Mahler.





Gustav Mahler



SYMPHONIE NR.9

London Symphony Orchestra

Dir: Sir Georg Solti.

(DECCA)

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Ya casi finaliza el 2011, y con él este homenaje centenario de la muerte de Gustav Mahler.


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La 9na Sinfonía fue comenzada en el verano de 1908 en Toblach (Austria). Mahler la concluyó el 1ro de abril de 1910 en New York. Nunca logró verla puesta en ejecución. La premiére se llevó a cabo en Viena, el 26 de junio de 1912, con Bruno Walter dirigiendo la Orquesta del Festival de Viena.


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En la 9na el compositor vuelve a la expresividad instrumental pura, estructurada en un tradicional despliegue de 4 movimientos, pero sin ninguna táctica formal aparente en común con sus predecesoras (1a, 4ta y 6ta). Si alguna deuda formal tiene la 9na, es con Das Lied von der Erde, compartiendo el ánimo de obra de despedida, y donde el Adagio final es realmente otro tipo de "Abschied", pero ésta vez sin la intervención de la voz.


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Desde cualquier otro punto de vista, la 9na es una obra de vanguardia que definitivamente abre los caminos del expresionismo del siglo XX, con la incorporación de un cuerpo de ideas absolutamente nuevo. Es la obra del período final de Mahler, que se caracterizó por permanentes conflictos personales y profesionales así como el establecimiento pleno de la enfermedad que lo llevaría muy pronto a la muerte.


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Probablemente para 1912, año en que finalmente se estrenó la obra, nunca se hubiera creado hasta la fecha una obra de semejante nivel de complejidad. Para muchos directores es la sinfonía más difícil de Mahler, por la demanda que requiere representar con convicción los siempre variantes estados de ánimo de la partitura, desde la ternura más sublime, pasando por las diversas caras de la sátira, para finalizar en el dolor y en la premonición de muerte más torturados. El acorde inolvidable a cargo de las cuerdas que comienza el Adagio finale, es casualmente idéntico al mismo acorde que comienza el final de la 9na de Bruckner, otra sinfonía de despedida.


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La discografía de la 9na es extensa, y casi todo director que ha incurrido en Mahler tiene su propia grabación. La primera grabación fue hecha el 16 de enero de 1938, por el mismo Bruno Walter dirigiendo la Filarmónica de Viena, pocas semanas antes del "Anschluss" y el ambiente premonitorio de tensión que se percibe es algo escalofriante. La misma no se volvió a grabar hasta 1950, cuando apareció la controversial grabación de Hermann Scherchen. Tendría que esperar una década más hasta mediados de los 60´s para que empezara a conquistar el terreno que hoy ocupa. Grabaciones hoy día son numerosas, probablemente la que más se acerque al nivel ideal de perfección interpretativa, sea la inolvidable lectura de Herbert von Karajan, en sonido digital con la Filarmónica de Berlín, pero a pesar de ese altísimo pináculo, quien escribe cree que Mahler no puede ser tan aséptico, y menos en la 9na. Volvemos a la contraposición de la ejecución "moralista" y la "amoralista". Sir Georg Solti, a su propio modo, se coloca en el último bando, el de directores como Scherchen, Klemperer, incluso Bernstein y con tempi abruptos y sobreañadido de drama y grotesca perversión, logra una de las grabaciones más intensas de la 9na, sin caer nunca en el melodrama. Una absoluta referencia en la 9na, la obra que decreta el final del romanticismo musical y el arribo de la Música Contemporánea.

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M-S.












domingo, 25 de diciembre de 2011

Bicentenario Liszt: Los dos Conciertos para Piano.



Franz Liszt

THE TWO PIANO CONCERTOS

Sviatoslav Richter, Piano

London Symphony Orchestra

Dir: Kirill Kondrashin.

(PHILIPS).

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Finalizando el homenaje al bicentenario del nacimiento del gran Ferenc Liszt, compartimos en esta oportunidad sus conciertos para piano.

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Los dos conciertos de Liszt son obras de aparentemente corta envergadura y sencillez, sin embargo las dotes técnicas y dificultades que demanda al intérprete son formidables. Liszt ha sido uno de los grandes pianistas de todos los tiempos, y su maestría de igual modo la refleja en las obras que compuso para su instrumento.

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Aún en la actualidad son obras que no gozan de la popularidad de otros conciertos de mucha más tradición (Beethoven, Rachmaninov, Tchaikovsky, Brahms), y aunque entre nuevos intérpretes parecieran estar reconquistando su terreno, son pocas aún las grabaciones que les hacen verdadera justicia. Para quien escribe, aún sigue siendo la absoluta referencia de los mismos la inmortal grabación de Sviatoslav Richter, acompañado por la siempre magnífica LSO y la dirección de uno de los grandes: Kirill Kondrashin. El resultado no puede ser sino el ideal, y para muestra el disco que les invito a escuchar.

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M-S.

miércoles, 21 de diciembre de 2011

Sinfonía de los Mil.



Gustav Mahler (1860-1911)

SYMPHONIE NR.8 "SINFONIA DE LOS MIL"

Kölner Rundfunkchor

Prager Philharmonischer Chor

Südfunkchor Stuttgart

Tokyo Sängerknaben

Kölner Rundfunk Sinfonie-orchester

Dir: Gary Bertini.

(EMI)

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Mahler esbozó la 8va sinfonía entre junio y agosto de 1907, orquestándola en el verano siguiente. El estreno se llevó a cabo en Munich, el 12 de septiembre de 1910. Dicho evento fué un suceso de significativa importancia, pues de todas partes peregrinaron a Munich celebridades y músicos para escucharlo, entre los cuales estuvieron Arnold Schoenberg, Otto Klemperer, Anton Webern, Oskar Fried, Willem Mengelberg, Siegfried Wagner, Alfredo Casella, Erich Wolfgang Korngold, Félix Weingartner, Leopold Stokowski, Stefan Zweig, Max Reinhardt, Thomas Mann, el príncipe heredero de Baviera, el rey de Bélgica y Henry Ford. El título "De los Mil" nunca fué colocado por Mahler, pero sin su aprobación se le empezó a conocer de ese modo para efectos de taquilla. Aunque no requiere necesariamente de mil intérpretes, sí prevé el despliegue de al menos 350-400 miembros entre director, orquesta, solistas vocales y grupos de coros.

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Cuando abordamos la 8va sinfonía del homenajeado de este año, nos conseguimos con algo muy diferente a todo lo producido con anterioridad. La diferencia radica en una monumentalidad sinóptica retrospectiva. Al igual que más tarde en Das Lied von der Erde, la 8va resume y desarrolla con grandes recursos las ideas musicales, las formas y los medios que desde hacía ya mucho eran centro de la atención de Mahler al componer. Nuevamente, y después de la gran trilogía sinfónica (5ta, 6ta y 7ma), Mahler siente la necesidad de recurrir a las formas vocales, esta vez en forma masiva y con texturas muy complejas que recogen estilos que vienen desde las Cantatas de Bach hasta las Operas de Wagner.

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La obra se divide en sólo dos partes de extensión considerable:

I.- Hymnus: Veni, creator Spiritus

II.- Escena Final del Fausto de Goethe.

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El masivo primer movimiento, basado en el himno de la fe cristiana "veni creator spiritus", refleja un verdadero tributo mahleriano a uno de los grandes motetes de Bach, probablemente el "Singer dem Herrn", cuya polifonía siempre le abrumara y al que seguramente intentó emular. Por esto, no vamos a observar el desarrollo de una forma sonata típica, sino en la forma de un gigantesco motete para voces, coro y orquesta, en una especie de rediseño barroco distorsionado por las gafas mahlerianas de 1907.

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La segunda parte, a modo de contraste, es una vasta síntesis de de muchas de las formas y medios que Mahler había frecuentado desde que por primera vez hallara su propia voz como compositor. Así, la puesta en música de la última escena del Fausto de Goethe es una amalgama de cantata dramática, oratorio sacro, ciclo de lieder, sinfonía coral a la manera de Liszt y sinfonía instrumental, culminando todo ello en un postrer y apoteósico coral final (Chorus misticus) modelado según la experiencia previa de la 2da sinfonía, aunque definitivamente aventajándole en envergadura y ambición.

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El estreno fue un éxito sin precedentes y Mahler recibió una ovación de 30 minutos. Sería su último gran triunfo. Bruno Walter, director de los coros, escribió en sus memorias: "Cuando la última nota se desvaneció y las oleadas de aplauso entusiasta llegaron a él, Mahler subió los escalones de la tarima, en cuya cima estaban los coros de niños. Los pequeños le aclamaban con gritos de júbilo y caminando a lo largo de la línea, Mahler tomó cada una de las pequeñas manos que le tendían. El saludo afectuoso de la joven generación le llenaba de esperanza por el futuro de su obra y le daba un verdadero placer..."

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Por razones obvias, es hasta el momento la sinfonía menos interpretada y grabada de toda la producción mahleriana. Montar semejante mamuth sinfónico no es fácil por ser una empresa muy costosa. Luego del estreno de 1910, tuvo que esperar 6 años a que finalmente pudiera ser estrenada en América, en Philadelphia, a cargo de Leopold Stokowski. También este director tiene en su haber la primera grabación mundial de la 8va completa, que vino a realizarse el 9 de abril de 1950, con Stokie dirigiendo la Fil. de New York, en un registro de lujo. A partir de este momento se han añadido un puñado de grabaciones, de calidad variable y adaptables a los diversos gustos. Están las que resaltan la perfección sonora como la de Abbado, las que añaden dramatismo hiperromántico como las de Bernstein, las vertiginosamente extremas como la de Solti y las que exquisitamente mezclan todos estos ingredientes, como la que hoy recomendamos de Gari Bertini, uno de sus más altos pináculos en su muy respetable ciclo con la Orquesta de la Radio de Colonia. El enfoque de Bertini se aproxima al de Stokowski, haciendo énfasis en los detalles, en el lirismo, en la belleza sonora, pero sin descuidar nunca el ingrediente dramático. Es una de las mejores 8vas de toda la discografía y con la que creo representa dignamente esta serie de entregas.

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M-S.

domingo, 18 de diciembre de 2011

Mahler: La Canción de la Noche



Gustav Mahler (1860-1911)

SYMPHONIE NR.7

London Philharmonic Orchestra

Dir: Klaus Tennstedt.

(BBC Legends)

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Casi a finalizar el año centenario de la muerte de Gustav Mahler y retomando la actividad del Blog.

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La 7ma Sinfonía es la obra mahleriana que ha llevado más tiempo en lograr aceptación en el terreno de las interpretaciones y grabaciones. Para un análisis completo y extenso de la 7ma y su discografía, les remito al Blog hermano Oido Fino ( http://bit.ly/dVQVz2 ) , con una serie de artículos escritos por este servidor. A pesar de la importante labor del maestro Hermann Scherchen en su difusión hasta llegar a alcanzar el ideal interpretativo, la 7ma sólo empezó a ganar su merecido espacio a final de la década de los 60´s, cuando comenzó a ser llevada de Europa al otro lado del Atlántico, es decir a Norteamérica, y fue empezada a demandar por parte de las casas disqueras comerciales como tesoro insospechado. El año 1965 fue especial para esta obra, pues ocurrieron dos eventos importantes: Hermann Scherchen hizo su famosa grabación canadiense con la Sinfónica de Toronto, de un concierto en vivo fechado el 22-04-1965, y aunque revela el mismo e inconfundible magistral estilo del maestro alemán, refleja por otro lado a una orquesta que no logra ponerse a la par de sus homólogos vieneses en la grabación de 1953, presentada en esta serie como referencia. Aún con todo, esta grabación canadiense (Music & Arts) es motivo de culto entre muchos mahleritas. Por otro lado, a finales de ese año se produjo la importante grabación comercial de Leonard Bernstein para CBS (ahora Sony) con la Filarmónica de New York.

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La grabación de Bernstein fue la segunda grabación de estudio realizada de la 7ma, sólo precedida por la legendaria grabación de Scherchen en Viena para Westminster. En ella el joven Lenny se pone en las antípodas del alemán, al ofrecer una lectura más intervencionista, audaz y si se quiere imaginativa, dando una sensación de frescura y de ánimo más relajado que en la “negra” contraparte schercheniana. Bernstein demuestra gran cuidado en los detalles y en el colorido, sin olvidar las grandes y variadas atmósferas que demanda la partitura y despliega una lectura apasionada, impetuosa e hiperromántica. La Orquesta Filarmónica de New York, para entonces bajo el reinado de Lenny, toca más con arte que con simple virtuosismo y el resultado es una de las más grandes grabaciones aún existentes de la 7ma. Pasarían veinte años (1985), hasta que de nuevo Leonard Bernstein volviera a grabar la misma obra con la misma orquesta, ahora como director invitado, y además para otra casa disquera, la DG. Esta grabación, en excelente sonido digital, muestra grandes diferencias con respecto a la primera: en primer lugar lo obvio, el sonido formidablemente capturado e infinitamente superior a su antecesora. Luego la longitud en tiempo de la nueva versión: la nueva versión digital es considerablemente más extensa, y mientras su primer registro en CBS ocupa un solo CD, el nuevo se tiene que acomodar en dos. Finalmente, en cuanto al estilo, Bernstein se muestra ahora en la plenitud de su madurez, decantándose por una lectura más reposada, expansiva, más majestuosa, refinada, intelectual, que si no menos impetuosa al menos es menos abrupta. A diferencia de lo que señalan algunos expertos, quien escribe encuentra a su versión digital como un indudable paso adelante, y por lo tanto preferible a su versión de 1965. La ejecución de la Filarmónica de New York en esta oportunidad es simplemente celestial.

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La década de los 70´s fue por consiguiente menos tímida en cuanto a nuevas grabaciones de la 7ma, y en estos años ya la misma era pieza regular en conciertos de las grandes orquestas del mundo. Grabación notable de estos años es la de Rafael Kubelik, con su orquesta de la Radio de Baviera (SOBR), quien la grabó para el sello Audite de un fulgurante concierto en vivo que data del 05-02-1976. Kubelik sabiamente concilia lo mejor de los enfoques de Scherchen y de Bernstein y también deja una versión modélica. Es digna de mención para esta década otra grabación de un concierto en vivo del año 1979, donde el director ruso Kirill Kondrashin registró una lectura inolvidable de la 7ma con la Orquesta del Concertgebouw de Amsterdam y que desde su salida en CD es un disco muy codiciado por coleccionistas.
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Los 80`s marcaron ya definitivamente el boom en nuevas grabaciones de la 7ma, y para entonces ya todo director de verdadera estampa mahleriana se procuró su propia grabación oficial. Uno de los más altos pináculos de toda la discografía de la 7ma lo constituye una grabación que marca un antes y un después en la historia interpretativa de esta obra: se trata de un registro, nuevamente tomado de un concierto en vivo, fechado el 29-08-1980 y en el cual al director alemán Klaus Tennstedt le correspondió dirigir la Orquesta Filarmónica de Londres, en su época de titularidad. La grabación ha sido reeditada en CD por el sello BBC Legends. Tennstedt marca mundos aparte de las grabaciones anteriores, dejando una de las lecturas más expansivas de cuantas se conocen (sólo superada por la perversamente elefantina grabación de Klemperer), y en la cual el director, aun con esos tempi tan arriesgados, se permite volcar toda la partitura mahleriana hacia los límites de su expresión, en una lectura absolutamente enrumbada hacia el siglo XX, pero que en ningún momento llega a caer en los marcados, oscuros y autoflagelantes acentos scherchenianos, pintándonos una escena musical en la que aún dentro de una visión modernista y resaltadora de conflictos existe una perspectiva esperanzadora. Tennstedt y sus músicos despliegan una ejecución inolvidable, apasionada pero nunca amanerada, intelectual, sin fisuras ni porosidades, y en donde llevan el rango expresivo a límites inimaginables. Es una grabación especialísima y probablemente mi segunda alternativa después de Scherchen y es la grabación que les presento hoy en el Blog para su pleno disfrute.

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M-S.

jueves, 8 de diciembre de 2011

El Palacio Nacional de las Artes Escénicas de Budapest.




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Probablemente se trate del complejo cultural más grande y moderno del mundo, y en una ciudad insospechada: Budapest. La monumental edificación incluye la gran Sala de Conciertos Béla Bartók, que es catalogada como la sala de mejor acústica del mundo, y es que en su diseño se han empleado los más modernos recursos tecnológicos para llegar a este espléndido logro. Sin duda un orgullo nacional de Hungría y auténtico lugar de peregrinación para los melómanos.

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M-S.