sábado, 28 de noviembre de 2009

Todo Tchaikovsky: El Concierto para Piano Nr.1, Op.23

Piotr Ilich Tchaikovsky
PIANO CONCERTO NR.1, Op.23
Emil Gilels, Piano
New York Philharmonic
Dir: Zubin Mehta.
(CBS-Masterworks)
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El Nr.1 de Tchaikovsky es una de las obras concertantes para piano más formidables de todo el repertorio. Dicho concepto tal vez no se deba a su perfección como obra musical (en términos estrictamente académicos), sino a su inmediato poder para cautivar y encantar al escucha, lo cual lo hace de una tremenda popularidad, en el buen sentido de la palabra. Se han hablado y escrito muchas cosas (algunas necedades) sobre la calidad musical de este concierto, señalando supuestos defectos de forma y "graves" errores en técnicas de composición y orquestación, pero realmente qué pueden importar estos análisis sesudos a quienes amamos esta obra. Su impetuosidad se anuncia desde el primer e incisivo acorde a cargo del corno, tras el cual se desarrolla una inolvidable melodía que extrañamente no se repite jamás en el movimiento (ni en el resto de la obra). Este primer movimiento concluye de la misma forma impetuosa como comenzó. Tras un segundo movimiento calmado, sereno, muy melodioso y dulce, se desencadena en el finale una verdadera muestra de pianismo virtuoso que reta directamente a la orquesta a nivelàrsele o a sufrir las consecuencias. Surge a continuación un segundo tema más sosegado, lírico y apasionado, el cual se alterna con el primero hasta alcanzar una coda verdaderamente impresionante, donde piano y orquesta imponen el segundo tema, concluyendo finalmente con reminiscencias del primer tema y de una manera majestuosa un concierto definitivamente grande y formidable.
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Grabaciones de este concierto existen como granos de arroz, la mayoria justas, otras realmente sobresalientes, pero en toda esta pléyade discográfica cabría mencionar especialmente tres grandes hitos en la Historia de las grabaciones del Nr.1 de Tchaikovsky:



1) Horowitz/Toscanini/NBC Symphony Orchestra (RCA): dentro de las grabaciones històricas, ésta ya es legendaria, grabación en vivo de 1941, con Vladimir Horowitz al piano, acompañado de Arturo Toscanini y su orquesta de la NBC. Aunque particularmente no de mi gusto, por los típicos tempi ràpidos y metronómicos de Toscanini, sumados a algunos malabarismos exhibicionistas de Horowitz, la grabación está dotada de fuego, ciertamente es impresionante, muy eslava, a pesar del sonido deficiente. Pudiendo no estar de acuerdo con este enfoque, la grabación es de antología.

2) Richter/Karajan/Wiener Symphoniker (DG): si el auténtico fuego volcánico ruso se aprecia en la grabación Horowitz/Toscanini, la muy célebre grabación de Sviatoslav Richter al lado de Herbert von Karajan y la (Sinfónica) de Viena, nos retrotrae a la visión introspectivamente germánica de la obra. Con tiempos pausados y más expansivos, la naturaleza romántica de la obra aflora en todo su esplendor en esta grabación, sin descuidar para nada los momentos de intensidad. El sonido stereo es excelente, lo cual hace de esta toda una referencia a considerar.


3) Emil Gilels/Zubin Mehta/New York Philharmonic (SONY): finalmente entrando en la era digital se nos presenta una grabación en vivo, grabada en 1980 en el Avery Fisher Hall de Lincoln Center (NYC), y hasta ahora lo más grandioso que quien escribe ha escuchado de este concierto. El gran Emil Gilels secundado por Zubin Mehta y la Filarmónica de New York, protagonizaron un evento musical de escala cósmica que maravillosamente mezcla los dos enfoques de las grabaciones de Horowitz y Richter. Si a esto sumamos el espléndido acompañamiento de Mehta y sus músicos, el sonido digital y la sensación del evento en vivo, el resultado es un prodigio comparable a momentos cumbres como el Nr.1 de Brahms con Gould/Bernstein, ó el Nr.3 de Rachmaninov con Horowitz/Ormandy (ambos con la misma orquesta). Es con mucho mi grabación de elección y mi primera recomendación de la obra, aunque para el coleccionista serio sería mandatorio atesorar las tres grabaciones. Tres grandes momentos del Nr.1 del gran trágico ruso.

Emil Gilels





martes, 24 de noviembre de 2009

Todo Tchaikovsky. Eugen Onegin: Polonesa y Vals


Tchaikovsky compuso unas 14 Operas, sin embargo en este género sus auténticas obras maestras son sólo tres: Eugen Onegin, La Dama de Picas y Mazeppa. Eugen Onegin suele ser la más popular e interpretada en conciertos y salas de opera, tal vez por su riqueza vocal y abundancia de agradables melodías. Dos picos orquestales de esta Opera son los famosos y muy conocidos Polonesa y el Vals, que obran como entreactos. Herbert von Karajan, gran director de Opera, por alguna razón nunca se aventuró en emprenderla con el Onegin, sin embargo dejó espléndidas lecturas de la Polonesa y el Vals, con una Filarmónica de Berlin gloriosa, como solía ser bajo su reinado. Disfruten de este par de insignias de esta magnífica Opera rusa.
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M-S.

domingo, 22 de noviembre de 2009

La Mer


Claude Achille Debussy (1862-1918)
La Mer, Trilogía Sinfónica (1905)
-Del alba al mediodìa en el Mar
-Juegos de las Olas
-Diálogo del Viento y el Mar
London Symphony Orchestra
Dir: Leopold Stokowski (1965)
(DECCA)
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"Estamos todavía en la era de las ´progresiones armónicas` y hay muy pocos músicos que se sienten satisfechos con la sola belleza del sonido"... Claude Debussy.
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La Mer (El Mar) es la obra maestra e insignia del genio creador de Debussy. No se trata de ninguna obra descriptiva en absoluto, más bien es una compilación de atmósferas e impresiones extramusicales sugestivas del Mar, sus relaciones y sus dinámicas.
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La Mer fue iniciada en julio de 1903 y terminada exactamente a las seis de la tarde del 5 de marzo de 1.905. Camille Chevillard dirigió el estreno en los Concerts Lamoureux en Paris, el 15 de octubre de 1.905.
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Debussy es el primer compositor que desecha la necesidad de crear progresiones armónicas obligadas y el que crea música de sonoridad pura. Con La Mer, obra creada en un período extremadamente difícil y doloroso en la vida del compositor, este flujo experimental queda magistral e inmortalmente plasmado. Rara vez la amplia gama de la paleta orquestal ha quedado mejor distribuida que en La Mer.
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Quien se acerque a La Mer con expectativa de imágenes específicas, quedará defraudado. Debussy era la antítesis del compositor programático, a la manera de Richard Strauss, cuya música aborrecía. En ninguna obra de Debussy encontramos acontecimientos explícitos o argumentos comparables a los de la Sinfonía Alpina, Don Quijote ó Till Eulenspiegel. En su lugar, Debussy registraba impresiones en forma de emociones desbordantes con una evocación de la magia del Mar más que de su apariencia, una meditación sobre su ser y su carácter.
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Grabaciones de La Mer hay muchas y varias de altísima talla. Monteux y Boulez deben ser conocidos. Sin embargo, no hay nada que se compare en grandeza y en exceso perversamente alevoso a la legendaria grabación de Leopold Stokowski con la gran Sinfónica de Londres. El resultado de una orquesta inspirada y en perfecta simbiosis con la idiosincrasia retocadora e intervencionista extrema del místico director, crearon un documento inigualable, gracias a la providencia registrado en disco. Las dinámicas exageradas, los detalles acentuados, los balances libertinos y tiempos extremos cuasi-mahlerianos crean una lectura difícil de olvidar, aunque no sea de lo más recalcitrantemente debussiano si nos volvemos puristas: extremadamente colorida, de gran suspenso, atmósferas a flor de piel y tensión arrolladora, que le imprimen una alta dosis de sensualidad voluptuosa e incluso perversa. Una vez escuchada esta versión las demás parecen simples alegorías a un laguito o un riachuelo. Deleitaos con esta joya ripeada a rimbombantes 320 kbps en mp3.
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M-S

viernes, 13 de noviembre de 2009

Todo Tchaikovsky: El Lago de los Cisnes.

El Lago de los Cisnes (Lebedinoe Ozero)
(Ballet completo).
Boston Symphony Orchestra
Dir: Seiji Ozawa.
(DG).
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De los tres grandes ballets compuestos por el gran Trágico Ruso, probablemente en cuanto a calidad musical e intensidad dramática, el Lago de los Cisnes sea el mejor, pues de los tres es el más operístico, concebido casi como una Opera que no utiliza palabras sino la danza... es tanta así la expresividad de este gran ballet.
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Inmortalizado en el video por aquel legendario registro de unos fenomenales Margot Fonteyn y Rudolf Nureyev, su contraparte en disco está soberbiamente representada por esta gloriosa grabación del maestro Seiji Ozawa con la que por más de 25 años fue su orquesta, la Sinfónica de Boston. La ejecución de Ozawa ofrece una visión de gran sinfonismo pero también de esa esencia operística que es característica de este ballet. Es la primera recomendación a tener en cuenta de este ballet, uno de los más fastuosos del género.
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M-S.

domingo, 8 de noviembre de 2009

Mendelssohn desconocido.


Felix Mendelssohn Bartholdy
LOS DOS CONCIERTOS PARA VIOLIN Y PIANO.
Gidon Kremer, Violin
Martha Argerich, Piano
Orpheus Chamber Orchestra
(DG)
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Aun hoy día es increible la cantidad de obras de Mendelssohn que tan poco se conocen o interpretan. En el bicentenario de su natalicio, sirva esta entrega para rendirle homenaje y difundir su obra poco conocida, renegada hasta hace pocos años, y que gracias a algunos artistas comienzan a tener difusión. Es el caso de este par de conciertos para violín y piano, asombrosamente desconocidos, al igual que sus conciertos para dos pianos, que se tratarán en otra entrega próxima. Es hora de abrir los ojos (y los oidos) y descubrir que Mendelssohn es mucho más que su concierto para violin ó su sinfonía escocesa.
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M-S.