Un Romeo y Julieta para todos los tiempos.

Cuando nos hablan en música de Romeo y Julieta, a pesar de haber otras obras compuestas sobre el texto de Shakespeare, la primera que nos viene a la mente es sin duda la inmortal Obertura-Fantasía creada por el gran trágico ruso, Piotr Ilich Tchaikovsky.

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Es una obra de inmensa popularidad, entre músicos y entre el público, y según una revisión difundida hace algún tiempo, es la obra musical más grabada, en conjunto con la 5ta sinfonía de Beethoven y el Bolero de Ravel. Su pasión y drama arrolladores cautivan desde el comienzo, y tal vez semejante flujo de emociones sea sólo superado por su Obertura-Fantasía posterior, Francesca da Rímini, la Op.32.

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Es una obra servida por innumerables grabaciones, con diferentes enfoques y para diferentes gustos. Después de convivir con esta obra desde edad muy temprana, siempre decía que algún día debía conseguirme con la grabación perfecta. Finalmente ese día para mí llegó, cuando escuché el increible registro dejado por el maestro Leonard Bernstein, con la Filarmónica de New York, en sus últimas grabaciones para DG. Siendo una lectura de tiempos algo lentos (característica del Lenny de los últimos años), la grabación desborda en pasión, drama, detalles, matices, pausas y todo esto en un sonido perfectamente tomado, con metales y percusión capaces de ocasionar un ataque cardíaco. Sin duda para quien escribe no hay nada que supere a esta lectura para la Historia.

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M-S.

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Piotr Ilich Tchaikovsky

Romeo y Julieta

New York Philharmonic

Dir: Leonard Bernstein.

(Deutsche Grammophon)