Piotr Ilich Tchaikovsky
SYMPHONIE Nr.5, Op.64.
Koninklijk Concertgebouworkest Amsterdam
Dir: Bernard Haitink.
(PHILIPS)
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Dando continuidad a la revisión hecha hace un año sobre ésta gran partitura del repertorio sinfónico universal, concluyo con un paseo por su discografía más relevante. Existen cientos de grabaciones de la Quinta al día de hoy y siguen saliendo nuevas versiones cada año, de manera que es imposible conocerlas y digerirlas todas. La tendencia pareciera ser que ninguna de las nuevas supera a las grandes referencias del pasado. En la primera entrega hablábamos de las grabaciones
pioneras y el gran problema existente con las mismas en cuanto a los terribles recortes que los directores de la época aplicaban a la partitura, principalmente en el último movimiento, hábito hoy considerado inaceptable. Salvo una excepción, Leopold Stokowski, ninguna de éstas se toma en consideración.
Como sucede con muchas otras obras del repertorio romántico ruso, las primeras grabaciones comerciales provienen de occidente, principalmente de orquestas americanas y británicas. En cuanto al Op.64 de Tchaikovsky, ya mencionamos la grabación pionera de Albert Coates con la Sinfónica de Londres (HMV, 1922). Hasta la emblemática grabación de Koussevitzky de 1944, las grabaciones de la 5ta son todas versiones mutiladas, seguramente por problemas de espacio en los formatos de la época. En 1934, Leopold Stokowski realiza su famosa grabación con la Orquesta de Filadelfia, grabación con grandes niveles de fuerza, drama y lirismo. Stokowski, gran arreglista y orquestador, decidió realizar sus propios recortes a la partitura, que al escuchar resultan mucho más lógicos, convincentes y armónicos que los recortes convencionales de la época. A pesar de la fama de Stokowski de manierista en sus interpretaciones, acá luce sobrio, soberbio pero sin grandilocuencias ni excentricidades. Una gran referencia histórica. Grabación magníficamente rescatada y restaurada por el sello PRISTINE.
Así llegamos a 1944 con la grabación de Koussevitzky con la Sinfónica de Boston y sobre la cual abundamos en detalle en la Parte I. Grabación de primera referencia e isla desierta entre todas las que se quieran colocar en el Panteón de las Quintas.
Siguiendo en la era Mono, en 1951 el maestro holandés Paul van Kempen graba la 5ta con la Orquesta del Concertgebouw. Aunque ya la obra era bien conocida desde la era Mengelberg, sus versiones se ajustaban a los recortes tradicionales. Con Van Kempen la orquesta aborda la partitura completa, sin recortes, y a pesar de algunos retoques en la orquestación (Ej: un par de platillazos en el Finale que no deberían de estar donde están) la ejecución es magnífica, con una orquesta particularmente inspirada, lectura bastante personalista, con uno que otro rubato, pero con un resultado final portentoso que la mantiene vigente como gran referencia hasta nuestros días.
En 1952 el director alemán Hans Schmidt-Isserstedt graba la Quinta para el sello Decca. Grabación de gran poder comunicativo, bella, elegante sobria, con las características de un enfoque más germánico que ruso, pero aún así convincente en todos los sentidos. Magnífica reedición para la serie Eloquence del mismo sello.
Uno de los directores más directamente relacionados con el Op.64 tchaikovskiano es, y con justicia, el célebre Yevgeni Mravinsky. Con más de una decena de grabaciones en su haber, siempre fué uno de sus caballitos de batalla con su Filarmónica de Leningrado. Es la referencia a explorar para conocer la típica interpretación rusa de ésta obra. En todas sus grabaciones Mravinsky mantiene el mismo estilo, el de las lecturas de tiempos rápidos e hiperdramatismo en pasajes de fuerza, restando inspiración en los momentos de lirismo. De sus muchas grabaciones existentes, una de las más valoradas es la que hizo en 1956, durante una gira de la orquesta en Europa occidental y una parada en Viena, donde se llevó a cabo ésta en particular, recopilada luego por el sello DG. Aunque el sonido es Mono, recoge los mejores aspectos del estilo Mravinsky, recomendada para quienes buscan el rusismo máximo en ésta obra.
En 1954 el director griego Dimitri Mitropoulos, entonces titular de la Fil. de New York, graba su versión de la 5ta para el sello Columbia. Grabación extraordinaria, en el modo objetivo, con adecuadas proporciones de lirismo, atención al detalle, equilibrio orquestal, dramatismo y calidad sonora, a pesar de su formato Mono. Gran lectura. Magnífica reedición sonora hecha por el sello GUILD.
En los albores de la era Stereo nos llega Pierre Monteux, con una grabación digna de inaugurar ésta nueva era sonora. Grabación hermosa, equilibrada entre un lirismo francés y apasionamiento eslavo, la misma es ligeramente preferible a su versión posterior hecha con la Sinfónica de Londres. Después de todo es la misma orquesta que hizo aquel milagro para Koussevitzky.
Otro de los grandes pioneros de la era Stereo fué el gran maestro polaco Artur Rodzinski, quien en sus últimos años llegó a grabar una buena serie de discos para el sello WESTMINSTER, la mayoría de ellas con la Real Orquesta Filarmónica. Su Op.64 tchaikovskiano es una de sus más altas cúspides en estándares interpretativos y en calidad sonora, aún hoy más que competitiva en sus reediciones. Magnífica Quinta.
Con la llegada de los años 60´s el formato Stereo se sigue perfeccionando y llega otro puñado de grabaciones que le hacen gran honor a la partituta tchaikovskiana. La grabación de Josef Krips con la Filarmónica de Viena es un gran portento del sello DECCA, con los mejores rasgos de la grabación de Monteux, pero con la disciplina y excelencia de una grabación germánica. Resulta toda una experiencia escuchar a la Filarmónica de Viena en éste repertorio.
De ésta misma época tenemos el testimonio de Otto Klemperer. Grabación que aunque no es para todos los gustos, probablemente la más negra y sarcástica de las que se tenga registro (si eso puede caber en Tchaikovsky); es una grabación austera, espartana, totalmente exenta de sentimentalismos, pero que en compensación nos trae una ejecución de disciplina y transparencia perfectos. Aunque no sea la de primera elección, hay que conocer lo que Klemperer tenía que decir... y se dijo.
Una cenicienta absolutamente desconocida es la deliciosa grabación de Heinrich Hollreiser al frente de la Orquesta Sinfónica de Bamberg. Lectura trabajada con exquisita artesanía alemana, recogiendo lo mejor de los mundos expuestos por Schmidt-Isserstedt y Krips. Inicialmente editada por el sello Vox, otros sellos baratos como Allegretto la han reeditado en CD. Vale mucho la pena la audición.
El inicio de los años 70´s nos trae en disco otras lecturas procedentes de la entonces URSS y diferentes a la vocería oficial. De éste modo nos llega el ciclo completo del gran Gennadi Rozhdestvensky, del cual la Quinta es una de sus más altas cúspides. Grabación impresionante, que siendo una gran versión eslava, recoge sin embargo lo mejor de los dos mundos, el ruso y el centroeuropeo. Sin caer en los excesos de Mravinsky, que en ocasiones ocasionan el efecto de insinceridad, por el contrario Rozhdestvensky nos trae una versión aún más redonda, más humana y majestuosa que la del primero. Grabación imprescindible.
Otra gran batuta con varias grabaciones en su haber es la de Herbert von Karajan. De entre sus cinco principales versiones oficiales, tal vez la mejor sea ésta de 1971 para el sello EMI con la Filarmónica de Berlín. Grabación preciosa, de escuela centroeuropea, atenta a los grandes desempeños de la orquesta en cada departamento, niveles de lirismo, drama y fuerza proporcionalmente adecuados, no dejando nada por fuera. Lectura sin fisuras aunque el ingrediente eslavo se eche de menos. De lo mejor de Karajan.
Un director poco asociado a Tchaikovsky fué Karl Böhm. Sin embargo en sus últimos años abordó obras poco comunes en su repertorio como la 9na de Dvorak y las tres últimas sinfonías tchaikovskianas, en ésta ocasión con una orquesta tchaikovskiana por excelencia, la Sinfónica de Londres. Esta Quinta para DG se cuenta entre lo mejor de éstas grabaciones, logrando resultados mucho más loables que los alcanzados por ésta misma orquesta bajo Markevitch ó bajo Dorati. La de Böhm es una lectura expansiva, reposada, espartana al modo de Klemperer pero sin el inapropiado humor negro. Toda una experiencia escuchar ésta 5ta. Para el Panteón.
Contemporánea más o menos con la grabación de Böhm tenemos también la gran lectura de Claudio Abbado, entonces titular de la misma orquesta. Abbado también tuvo en la 5ta uno de sus caballitos de batalla aunque con resultados bastante disparejos. Mientras su grabación en Chicago es espantosa y su grabación en Berlin es correcta a secas, su grabación londinense es la de elección. Más emotiva y propulsiva que la de Böhm, acá tenemos al mejor Claudio Abbado, excelente administrador de los balances, matices y detalles que pasan desapercibidos en otras competidoras. La Sinfónica de Londres con unas cuerdas sobresalientes y bronces y maderas que resultan un prodigio en ésta ocasión. Excelente.
Con la llegada de la era digital se presenta la oportunidad de alcanzar cotas aún más altas en los estándares interpretativos de una obra como la Sinfonía Nr. 5. Así, los directores con grabaciones ya hechas en el pasado se dispusieron a recrearlas y por supuesto fué la oportunidad de oro para los nuevos nombres emergentes. De éste modo Leonard Bernstein, con un excelente ciclo ya en su haber para el sello CBS, nos recrea de nuevo con las últimas tres sinfonías tchaikovskianas, con la misma Orquesta Filarmónica de New York, ésta vez para el sello DG. De éstas tres grabaciones probablemente sea la 5ta la más exitosa y relevante, magníficamente ensamblada, sin menos aristas efectistas que en su grabación de los 60´s pero con más muestras de sabiduría musical, tiempos más expansivos y en general una lectura más inteligente, más aproximada a su memorable concierto de ésta obra en video con la Sinfónica de Boston. Magnífico sonido.
Otro gran director asociado a la Quinta es sin duda Sergiu Celibidache. Con una grabación famosa monoaural para el sello Decca, me parece hoy una grabación sobrevalorada. El mejor Celibidache se aprecia por lo común en grabaciones tomadas de conciertos en vivo, y ésta 5ta es una excelente muestra. Una de las 5tas verdaderamente majestuosas y tocada en las proporciones que merece semejante partitura. Grabación tomada de un concierto realizado el 16 de enero de 1982 con la Filarmónica de Munich. Como dice mi buen amigo Julio Salvador en su magnífica entrega sobre ésta grabación: ¨Celibidache
consigue emocionar y consigue que su orquesta sea un instrumento perfecto,
brillante, sedoso, emotivo, empastado, con colorido oscuro o con tonalidad
brillante según se precise (maravilloso y excepcional segundo movimiento,
impactante). Nada alocado, es un corredor de fondo que prepara de forma
minuciosa un final musicalmente bellísimo y humanamente reflejo triunfante de
la Fe y del hombre. Un final no marcado por la pura opulencia orquestal sino
por el significado arrastrado y desarrollado a lo largo de toda una excepcional
exposición de la obra. Un control mágico de los tempos, una claridad asombrosa
en los matices, un devenir conducido lujosamente a través de los sonidos y los
sentimientos en ellos contenidos¨. Imposible mejor descripción. En resumen todo un triunfo, en la línea del hombre imponiéndose al destino y no al revés.
Con la llegada de NAXOS al mercado de la música grabada, se democratiza un poco más el acceso a las grandes obras del repertorio, en discos compactos a precio económico, en grabaciones vigentes, de buena calidad y en sonido digital, aunque no sean hecha por los directores ni orquestas de primera línea. Así tenemos de Naxos su muy competitivo ciclo Tchaikovsky, grabado de forma compartida por Adrian Leaper y el polaco Antoni Wit. Corresponde a Wit la 5ta de éste ciclo y sacamos de acá a una grabación muy por encima de los niveles de solvencia, en interpretación y sonido, excelsamente ejecutada, más en la tradición centroeuropea que en la rusa, pero con suficientes cantidades de drama, pasión, melodía y lirismo para mantener la atención hasta los acordes finales. Una excelente recomendación en el segmento del budget-price.
Otra grabación que casi olvido y que no quería dejar de mencionar antes de ir cerrando es la de Seiji Ozawa, su primera grabación hecha con la Sinfónica de Boston. Grabación de alto amperaje, gran amplitud expresiva, objetiva, sin amaneramientos ni excesos pero plena de fuerza y pasión. La Sinfónica de Boston de 1977 en la cúspide de sus poderes. De nuevo la orquesta de Koussevitzky y Monteux triunfa con ésta versión que también merece el Panteón.
Un gran tchaikovskiano que suele pasarse por alto es Eugene Ormandy. No sólo tiene un excelente ciclo completo con la Orquesta de Filadelfia, sino que llegó a grabar Manfredo. Aunque sus principales grabaciones están en los sellos CBS y RCA, llegó a grabar la Quinta y la Sexta para el sello DELOS en sus últimos años de trayectoria artística. Acá el anciano maestro destaca en una 5ta preciosista, redondísima, equilibrada, objetiva, plena de sabiduría interpretativa, con los mejores matices del célebre ¨Philadelphia Sound¨. Un portento de grabación y como dice la misma reseña anexa: ¨la mejor de las muchas versiones de la 5ta por Ormandy¨.
De entre los rusos no se puede dejar de mencionar a Evgeni Svetlanov. Aunque su ciclo oficial en el sello MELODIYA tiene sus defensores, en lo personal me parecen interpretaciones bastas, ruidosas, bastante brocha gruesa y en una calidad de sonido relativa. Sin embargo a la caída inminente de la URSS y en ese proceso de transición, Svetlanov pudo volver a grabar el ciclo de conciertos en vivo, cielos aparte en calidad interpretativa, del que se desprende sin duda una 5ta como uno de los más altos pináculos, más en la línea de Rozhdestvensky que de Mravinsky.
Otro gran tchaikovskiano que obligatoriamente debe mencionarse es el recién desaparecido maestro Mariss Jansons. Con un fastuoso ciclo realizado en Oslo para el sello CHANDOS, Jansons demuestra que siguió haciendo buen tchaikovsky, siendo ésta 5ta bávara una excelente muestra del mejor arte del Jansons maduro. De nuevo se nos pone por delante una excelsa grabación, portento en calidad sonora y que recoge lo mejor de las concepciones rusa-eslava y occidental-germánica. Grabación preciosa, prolija en detalle y buen gusto, equilibrada, sin manierismos, atenta a la música y al gozo del placer de escuchar. Magnífica toma sonora. De entre las más recientes es la más recomendable.
Hemos llegado al final. Y lo hago con la que es mi grabación de primera referencia para ésta sinfonía. La versión hecha por Bernard Haitink en 1976 con su Orquesta del Concertgebouw cuenta con mi preferencia por varias razones. Fue la primera grabación que tuve en mi colección después de haberla escuchado en radio y eso siempre es una referencia fuerte, por el primer impacto causado. Por otro lado, los estándares en calidad de sonido y reverberancia de ésta grabación me parecen perfectos, parecidos a ninguna otra, con lo mejor para el momento que nos puede haber brindado PHILIPS. La grabación de Haitink va en la línea objetiva, con elementos de maestría y sabiduría que nunca caen en la trampa del efectismo vacío, de la exageración ó del énfasis innecesario. Se trata de una lectura centrada, con unos niveles de confianza y madurez de parte de director y orquesta que se aprecian desde el primer acorde del clarinete que abre la obra. Haitink deja a la música fluir con una naturalidad que se agradece y aún en los momentos de mayor drama y tensión, la orquesta pareciera estar haciéndolo con la mayor economía en el esfuerzo. Nunca una nota, acorde ó tono fuera de su sitio, toda articulación luce impecable. Pocas grabaciones ennoblecen ésta partitura con semejantes niveles de ¨grandeur¨, dignidad e impulso épico como lo hace Haitink en ésta inmarcesible versión, sin duda en la línea del hombre imponiéndose triunfante al destino. No al revés. Es la grabación que les comparto en ésta entrega.
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Habiendo otras grabaciones que sin duda son de la más alta estimación, seguramente he omitido unas por no hacer el artículo más largo, pido disculpas, pero considero que con las mencionadas se puede hacer un paseo bastante aproximado por las más altas representantes de ésta obra en disco. Quedan invitados, estimados lectores, en comentarme sus preferencias.
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M-S.