SINFONIA Nr.4, Op.98
Royal Philharmonic Orchestra
Dir: Fritz Reiner.
(CHESKY)
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Publicación dedicada a mi amigo QUINOFF.
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La Cuarta de Brahms es con mucho mi preferida de las cuatro gemas que nos dejó el alemán. Cada sinfonía plasma un mundo particular, pero la Cuarta plantea un epítome en el estado del arte de la creación sinfónica, logrando si se quiere la "Sinfonía Perfecta". Atrás quedan el drama telúrico de la Primera, la bucólica serenidad pastoril de la Segunda ó la hermosa introspección nostálgica de la Tercera; en la Cuarta Brahms se decanta en lo posible por el concepto de Música Absoluta, dejando una obra revolucionaria por las implicaciones y huellas que dejará en la obra orquestal de las generaciones posteriores de compositores.
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La Cuarta, como en general sucede con la obra brahmsiana, está bien servida en cuanto a grandes grabaciones, desde Weingartner, pasando por Furtwängler y llegando hasta las grabaciones modernas. A diferencia de las predecesoras, pareciera que la Cuarta goza de más uniformidad interpretativa, dando menos cabida a los toques y retoques personales de los directores. Furtwängler, Bruno Walter, Sanderling y Carl Schuricht han plasmado cúspides muy altas en la discografía... a ésta lista yo agregaría sin duda ésta legendaria grabación del gran Fritz Reiner, pero no al frente de su Sinfónica de Chicago, sino dirigiendo como invitado a una orquesta inglesa, la Real Orquesta Filarmónica, esa joya creada por Beecham. Resalta en ésta grabación la maravillosa naturalidad con que fluye la música, y el milagro que constituye no escucharse la severa y a veces excesiva disciplina que Reiner demandaba a sus músicos en Chicago, sino más bien una adaptabilidad magnífica del director a la agrupación inglesa, dándole unos márgenes de flexibilidad estupendos. El resultado, una música que fluye con hermosa naturalidad, con fraseo e inflexiones no forzados y un equilibrio espontáneo con menos atención al detalle distractor y sí al panorama completo. Una verdadera joya discográfica que no puede dejar de recomendarse. Para el Panteón.
*M-S.
4 comentarios:
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¡Muchísimas gracias amigo mío por esta joya, incorporada desde ahora a mi panteón particular! La Cuarta es para mí exactamente aquello que planteas: una sinfonía perfecta, asombrosamente equilibrado entre su “mensaje” estético (planteado por su lenguaje armónico, su contrapunto, sus cadencias melódicas) y el control rotundo de la técnica y la forma. Maravilosa combinación de monstruos: el compositor, el director y la orquesta.
Un fuerte y agradecido abrazo
Q.
Espero tus impresiones!
En dos palabras, Sensa Cional. Hay un dejo de espontaneidad y goce que no siempre están presentes en Reiner. Leí que este registro lo hizo poco tiempo antes de fallecer y después de un fuerte ataque cardíaco del que nunca se recuperó del todo. Quizá eso profundizó más su ya estupendo Brahms. La interpretación es juvenil, sorprendente, poderosa, llena de pequeños detalles reveladores. De hecho, casi se siente como si los músicos fueran sorprendiéndose con la música a medida que la tocan. Todo, menos una interpretación rutinaria. Aparte, hay muchas buenas versiones de esta sinfonía perfecta, pero no todas ellas llegan a expresar grandeza. Ésta de aquí lo hace, tal como las de Kleiber, Furtwängler o Toscanini (cada una a su modo).
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