SYMPHONIE NR.IX, "GROSSE SINFONIE C-DUR" (LA GRANDE)
Czech Philharmonic Orchestra
Dir: Franz Konwitschny.
(SUPRAPHON).
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Si existe una Sinfonía en el repertorio que merece llamarse "La Grande", ésta es la 9na de Schubert.
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La Sinfonía No. 9 en Do Mayor, D. 944, conocida como la Grande (publicada en 1840 como “Sinfonía No. 7 en Do Mayor”), es la última sinfonía completada por Franz Schubert. Originalmente llamada "Gran Sinfonía en Do Mayor" para distinguirla de la Sinfonía No. 6, "la pequeña en Do Mayor", el apellido con el tiempo fue usado y entendido como referencia a la imponente majestad de la obra. Una interpretación típica de la misma lleva alrededor de 55 minutos, en la versión revisada que hoy conocemos.
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Por largo tiempo se creyó que la obra databa del último año de vida del compositor, es decir, de 1828, pero ahora se sabe que el grueso de la partitura se compuso en el verano de 1825 (Beethoven aún vivía), y que en realidad se trata del trabajo al cual Schubert hace referencia en una carta fechada en marzo de 1824, donde manifiesta estar preparando una "Gran Sinfonía". Para el verano de 1826 la obra estaba concluida, pero al no tener dinero para pagar por una interpretación, la envió a la Gesellschaft der Musikfreunde en Viena, con una dedicatoria. En respuesta, la Sociedad le retribuyó con una pequeña paga, se hicieron cargo de las copias de las partes orquestales, y en algún momento del año 1827 dieron una ejecución preliminar a la obra, considerándola a la final muy larga e inadecuada para una orquesta amateur como era la del Conservatorio. La obra quedó olvidada y su manuscrito en manos del hermano del compositor, Ferdinand Schubert.
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En 1838, diez años después de la muerte de Schubert, Robert Schumann visitó Viena y pudo obtener copia del manuscrito de "La Grande" de manos de Ferdinand, copia que se pudo llevar a Leipzig, donde finalmente la obra tuvo su primera ejecución en público, a cargo de Felix Mendelssohn dirigiendo su Orquesta de la Gewandhaus, el 21 de Marzo de 1839. Schumann celebró el magno evento a través de un artículo publicado en el Neue Zeitschrift für Musik, donde saludaba a la Sinfonía por su "longitud celestial". La leyenda señala que durante un ensayo del primer movimiento, un musico le preguntó a otro si había logrado poder identificar algún tono. A raíz de la Premiere, Schumann sentenció a la "Grande" como el más importante trabajo orquestal compuesto desde la muerte de Beethoven. }*
Continúa la controversia, en vista de evidencias aún confusas, de la verdadera numeración que corresponde a "La Grande". Los académicos alemanes la numeran como la No.7, mientras en la más reciente versión del catálogo Deutsch (D) está listada como la No.8. Los académicos ingleses la siguen numerando como la No.9... Seguirá el fascinante misterio.
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La obra consta de los cuatro movimientos tradicionales, en la forma y orden clásico haydniano. Un allegro ma non troppo, seguido de un Andante con moto, al cual sigue un Scherzo típico y finalmente una conclusión triunfal en forma de Allegro vivace. Aunque respeta la forma tradicional de una Sinfonía clásica, la 9na de Schubert constituye una obra verdaderamente innovadora y si se quiere revolucionaria. Aún siguiendo el desarrollo temático en el estilo de Beethoven, Schubert coloca más peso y énfasis en el despliegue melódico, cosa absolutamente esperable del Padre del Lieder. Sin duda, no hablamos únicamente de la obra sinfónica más importante del compositor austríaco, sino de una de las más relevantes de toda la literatura sinfónica.
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Como gran obra emblemática que es, para el día de hoy contamos con decenas de interpretaciones registradas en disco, casi todo gran director que se precie de serlo no ha podido sucumbir a los encantos y bondades de esta gran obra, habiendo dejado su propio testimonio ejecutorio. Como referencia se pueden tomar varias, quien escribe ocasionalmente a la hora de juzgar pone más peso en la forma como se ejecuta el primer movimiento, el más importante y más complejo de toda la obra. Aunque cada quien tenga su propio favorito, sugiero a todos evaluar la grabación que hoy les presento. Se trata de una joya, una incomparable versión del año 1962, donde el legendario director alemán, Franz Konwitschny, hizo aparición en el Rudolfinum de Praga, dirigiendo la igualmente legendaria Orquesta Filarmónica Checa, dejando una grabación que sin duda se puede tener como lo más cercano a la perfección. La asertividad de Konwitschny y sus magistrales manejos en el detalle, equilibrio y balance orquestales deben ser aún para los oídos de hoy materia de admiración, a pesar de una calidad de sonido por debajo de los estándares que ya se podían conseguir de casas disqueras de la misma época. Durante muchos años sólo disponible en formato LP, a principios de la década pasada el sello SUPRAPHON logró rescatar la grabación y editarla por vez primera en CD, cosa que en su momento agradecimos con el alma los fanáticos de la misma. La presente grabación es un documento importantísimo y un esencial a la hora de evaluar esta Gema de los Grandes Tesoros de la Música.
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Este post va con dedicatoria especial a mi amigo Joaquín, Quinoff, esperando que forme parte esencial de sus audiciones habituales.
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M-S.