Alfred Schnittke
SINFONIA Nr. 0
NAGASAKI, Oratorio.
Hanneli Rupert, Soprano
Voice of the Nation Choir
Cape Philharmonic Orchestra
Dir: Owain Arwel Hughes.
(BIS)
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Visitando en ésta oportunidad al compositor ruso Alfred Schnittke. Sí, ruso. En éste Blog no hay espacio para la estúpida cultura de la cancelación, que ha llegado al paroxismo absurdo de promover cancelaciones culturales de los valores más prominentes de un país como Rusia, cuyos habitantes son también víctimas de la sanguinaria dictadura de Vladimir Putín y de su demente invasión criminal de Ucrania. Los representantes más grandes de la literatura y música rusas no tienen culpa del momento histórico actual, habiendo sido la mayoría muchas veces también víctimas de los propios sistemas políticos que les correspondió vivir y padecer, ya fuera el zarista, luego el soviético y ahora el putinista. Cancelar el arte no aporta ninguna solución a nada.
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Schnittke es en parte heredero de la tradición artística instaurada por Shostakovich, y aunque en menor grado, también tuvo que sufrir censura de parte de las autoridades soviéticas cuando consideraron a algunas de sus obras ¨formalistas¨, ¨aburguesadas¨ ó ¨decadentes¨. Si bien ya no se jugaba uno la vida como en la era estalinista, siempre era caminar al filo de la navaja.
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El primer esfuerzo sinfónico de Schnittke fué su sinfonía conocida como Nr. 0 (cero) y data de 1956-57, siendo aún un estudiante de 23 años en el Conservatorio de Moscú. Su decisión de numerarla como ¨Cero¨ es de muchos años después, y probablemente por las mismas razones de Bruckner para titular así a su sinfonía homónima. Sin embargo en ésta obra de Schnittke, a pesar de su apego a la tonalidad y a la estructura formal sinfónica, no hay nada más de Bruckner. La misma fue estrenada en 1957 en el Conservatorio de Moscú bajo la batuta de Algis Zhuraitis, con la presencia de Shostakovich y Kabalevsky, quienes dieron su aprobación a la obra. A pesar de las indudables reminiscencias que se aprecian de inmediato de Shostakovich, Miaskovsky y Prokofiev, sobre todo en el último movimiento, las miras formales hacia una música absoluta hacen voltear las miras hacia Hindemith. De manera incomprensible ésta fresca, plena de buenas ideas, originalmente orquestada e interesante sinfonía no volvió a ser interpretada hasta la presente grabación de Arwell Hughes, en la gigantesca empresa de BIS para grabar toda la música orquestal de Schnittke.
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Del año siguiente, 1958, data el Oratorio ¨Nagasaki¨, compuesto en memoria de la víctimas del ataque nuclear contra la ciudad japonesa en 1945 y presentada por Schnittke como su obra de graduación del Conservatorio de Moscú. La misma fue estrenada en 1959, con el aval de Shostakovich, recibiendo sin embargo duras críticas de las autoridades soviéticas, señalando a la obra como ¨formalista¨ al haber olvidado los principios del ¨realismo socialista¨ (cualquiera cosa que eso pueda significar). En apariencia el expresionismo del movimiento central emulando la caída de la bomba y luego los ecos de los lamentos de las víctimas fueron insoportables para los ignorantes censores soviéticos. La obra sufriría la misma suerte hasta su rescate por Owain Arwel Hughes, ya muerto el compositor.
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El Oratorio se divide en cinco partes, recordando la secuencia programática que utilizará luego Shostakovich en sus sinfonías 11 y 12 y cada parte está basada en un texto de algún autor ruso o japonés:
I.- "Nagasaki, ciudad de dolor" (Anatoly Sofronov)
II.- "La Mañana" (Shimazaki Toson)
III.- "En
ese fatídico día" (A. Sofronov)
IV.- "Sobre
las cenizas" (Eisaku Yoneda)
V.- "El Sol de la Paz" (A. Sofronov)
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Para el escucha atento la obra remite de inmediato a Shostakovich, principalmente a la oscuridad devastadora de la Sinfonía Nr. 8, las astringencias de la 10ma, y la secuencia narrativa utilizada poco después en la 11ma, donde posiblemente el mismo Shostakovich tomara algunas ideas prestadas de Schnittke. El disco de Arwell Hughes es un esencial para introducirse en la música de Schnittke a través de sus obras tempranas de juventud.
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M-S.
2 comentarios:
https://mega.nz/file/B81HUarJ#IOCeKEQC55HJAuuzONBZDJLe4ERLFzruG8eiOZrV8s0
Los grandes artistas rusos del pasado no tienen culpa de las demencias putinescas,total acuerdo con usted,por cierto,en cto.Nagasaki,el oratorio de Alfred,no pierde vigencia,pues antes arrojaron atómicas ,ahora tiran termobáricas sobre civiles...gracias por tu blog,siempre lo sigo. Tapirman
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