Ludwig van Beethoven
SYMPHONIE Nr. 9, Op. 125, ¨Coral¨ (Oda a la Alegría)
Joan Sutherland, Soprano
Marilyn Horne, Contralto
James King, Tenor
Martti Talvela. Bajo
Wiener Staatsopernchor
Wiener Philharmoniker
Dir: Hans Schmidt-Isserstedt.
(DECCA)
BEETHOVEN: SINFONIA NR. 9, OP.125. “CORAL”.
Las obras del último período de la vida de Ludwig van Beethoven se caracterizan por su carácter introspectivo y por su aparente discurso simplificado y abstracto. Sin embargo es durante este período cuando el sordo de Bonn hace manifiesta su creencia en la humanidad del arte, haciéndola aflorar en esta música, en sus últimos cuartetos de cuerdas y en sus últimas sonatas para piano. En su obra maestra y tal vez la más grande composición sinfónica de la Historia de la Música, la 9na Sinfonía, Beethoven se dirige a la Humanidad entera exponiendo una visión utópica del potencial humano: un reino de amor, libertad y fraternidad universales. El distante y enigmático arranque de la Sinfonía, proveniente de las profundidades, introduce un impetuoso y enérgico primer movimiento de auténticas dimensiones cósmicas. A todo este arrastre majestuoso y marcial sigue un segundo movimiento en forma de Scherzo, no menos enérgico y en forma de danza y perpetuum mobile, con detalles de orquestación que le agregan tintes de sorna, pero que en conjunto refuerzan la idea de un auténtico clima revolucionario. El tercer movimiento, Adagio molto e cantabile, está constituido por una serie de variaciones que giran en base a dos temas que se alternan en tiempos diferentes y que terminan confluyendo en un clímax lírico que constituye uno de los momentos cumbres de toda la obra. El movimiento final comienza de forma ominosa y tempestuosa (stürmisch), con una breve remembranza de los temas principales de los movimientos anteriores que finalmente abre paso al tema que pone música “a la Alegría” del texto de Schiller. Este tema se expone y reexpone a cargo de diferentes grupos de instrumentos hasta que el mismo tema abrupto y tempestuoso inicial abre paso al Barítono, quien con su “O freunde, nicht diese töne” (Oh amigos, no más de estos sonidos) nos anuncia definitivamente la llegada de una nueva era, el Romanticismo. A este canto de alegría se van sumando los otros tres solistas y el Coro, llegando a un intensísimo clímax donde orquesta, solistas y Coro exponen a plenitud el canto “Alegría, chispa brillante de la divinidad, hija del Elíseo”. Con un auténtico desarrollo más acorde con el género del Oratorio, la música se eleva sobre sí misma y finaliza apoteósicamente con una coda cósmica que hasta el día de hoy se muestra irrepetible, inimitable. El compositor ha alcanzado la cúspide olímpica.
El peso específico de la Novena es tal que abarca incluso muchos aspectos extramusicales. Fué la obra escogida para celebrar la reunificación alemana en 1990. Su movimiento final es hoy el himno de la Unión Europea. Muchos de sus temas se han utilizado en varias películas, como por ejemplo en ¨Amada Inmortal¨. Finalmente, la longitud del formato Compact Disc fué pensada para que abarcara ésta obra en toda su longitud para una sola cara.
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Grabaciones de la Novena existen para todas las categorías y gustos . Muchas buenas y eficientes, otras bastante rutinarias, otras más personalistas y en línea con la idiosincrasia del director, aunque aún hoy pocas alcanzan a plenitud la verdadera dimensión cósmica de la obra. Las primeras grabaciones remiten a las realizadas por Oskar Fried, Richard Strauss y Felix Weingartner, cuya grabación de 1935 con la Filarmónica de Viena permanece aún hoy con uno de los grandes hitos de la historia del disco. Las grabaciones de Wilhelm Furtwängler sientan categoría aparte por sus particulares alcances místicos, no siempre beethovenianos, como sucede especialmente en su famosa grabación nazi de 1942, más una oda al apocalipsis que a la alegría. Toscanini realza los aspectos épicos de la partitura beethoveniana, Klemperer explota de forma ascética los aspectos más filosóficos, mientras que Karajan busca siempre la perfección y belleza sonora. Abendroth, ya presentado hace algunos años en éste espacio, va muy en la línea de Weingartner. La muy célebre grabación de Fricsay para DG con la Filarmónica de Berlín logra compendiar lo mejor de todos los mundos anteriores y de igual modo lo hace una grabación menos publicitada pero igual de definitiva: la realizada para DECCA en 1966 por el director alemán Hans Schmidt-Isserstedt con la Filarmónica de Viena, como una gran forma de coronar su fastuoso ciclo Beethoven. La ejecución de Isserstedt sienta cátedra, la Filarmónica de Viena está en plena forma y como aspecto definitivo, el cuarteto vocal solista es uno de los mejores que se pueden escuchar. Sin duda una de las Top 10 de las mejores grabaciones de ésta obra universal y la escogida para compartirles en ésta entrega.
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M-S.
1 comentario:
https://mega.nz/file/1kdHQQpJ#Ruk4VyVKUcW5xAF1yjfg8Lk5GL8obNEboFZKc1NXDC8
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